Bajo el título “El impacto de la crisis en las personas grandes”, el presidente de la Cruz Roja en Cataluña, Josep Marqués, ha presentado este estudio este jueves, 14 de junio, a la Casa del Mar de Barcelona durante la III Conferencia Técnica de Crisis de la Cruz Roja en Cataluña. Para realizarlo, el Observatorio de Vulnerabilidad ha encuestado 674 personas mayores de 65 años usuarias de la Cruz Roja entre medios de marzo y finales de abril. Según este estudio , una de cada tres personas grandes usuarias de la institución humanitaria han ayudado por primera vez algún familiar durante los últimos dos años.
Las personas encuestadas corresponden a todos los proyectos y servicios de la Cruz Roja dirigidos a las personas grandes (que el año pasado atendieron 45.031 usuarios) y 164 de ellas son usuarias de proyectos de lucha contra la pobreza como los kits de apoyo social o el Programa de Alimentos. Las mujeres viudas de entre 70 y 80 años representan el perfil mayoritario entre las personas encuestadas, el 60% de las cuales viven acompañadas y el 40% solas.
Una de las principales conclusiones del estudio es que se están invirtiendo el flujos de solidaridad intergeneracional propios del Estado del Bienestar, por los cuales las generaciones más jóvenes contribuyen al bienestar de la gente mayor financiando el sistema de pensiones. Según el Observatorio de Vulnerabilidad, ahora son cada vez más las personas grandes las que apoyan a las generaciones más jóvenes. Del total de personas encuestadas, un 20% prestan ayuda económica a sus hijos, un 10% los proporcionan ayuda alimentaria y un 6,5% han acogido algún familiar en casa. Por eso, el estudio de la Cruz Roja remarca que cualquier medida o política pública en lo referente a las personas grandes también puede tener repercusiones sobre el resto de la red familiar y social.
El apoyo que han tenido que prestar a sus hijos y familiares y, sobre todo, el encarecimiento de los precios, explican que haya disminuido la capacidad de ahorro de 7 de cada 10 personas grandes. Por eso, el 57% de las personas encuestadas dicen estar mucho o bastante afectadas por el contexto económico actual, a pesar de que, a diferencia otras franjas de edad, el 65,7% vive en una vivienda de propiedad y el 90% cuenta con una pensión que le proporciona una fuente de ingresos fijas. El tramo que va de los 550 a los 900 euros de ingresos mensuales concentra el mayor grupo de personas encuestadas y representa el 36% del total.
Las personas grandes con un perfil más vulnerable son las usuarias de los proyectos de lucha contra la pobreza (Grupo de Pobreza), entre las cuales el 90% recurre a la Cruz Roja para recibir ayuda alimentaria. Aún así, el impacto de la crisis económica se está extendiendo cada vez más entre los usuarios de todos los programas de gente mayor y atención a la dependencia de la Cruz Roja, un 11% de los cuales ha solicitado ayuda alimentaria o básica durante el 2011.
El impacto de la crisis económica tiene consecuencias sobre la alimentación, puesto que, a pesar de que un 78,2% del total de personas encuestadas sigue una alimentación variada, el 19% no puede comprar con regularidad ni pescado ni carne. Además, en el caso del Grupo de Pobreza, la mitad no puede comprar habitualmente fruta, verdura o lácteos.
Las medidas de ahorro adoptadas por las personas grandes también las han privado de productos o servicios fundamentales para su calidad de vida. Un 30% no puede ir al dentista o a revisarse la vista, porcentajes que se elevan por encima del 50% entre los beneficiarios de los proyectos de lucha contra la pobreza.
Otro fenómeno frecuente entre las personas encuestadas es la pobreza energética. Del conjunto de personas encuestadas, un 25% no pueden mantener su hogar a una temperatura adecuada (un 54,3% al Grupo Pobreza). En estas circunstancias, la mayoría de personas encuestadas, hasta el 80%, tampoco pueden permitirse ningún gasto en ocio y ocio.
Un 13% ha dejado de recibir alguna ayuda en los últimos años
A pesar de las dificultades que están atravesando las personas grandes, un 13% ha dejado de recibir alguna ayuda durante los últimos dos años (el 31% al Grupo Pobreza). No obstante, el 44% de la gente mayor sigue contando con la ayuda de sus hijos, o bien de los servicios sociales. Un 50% recibe apoyo económico, el 20% ha ido a vivir en casa de algún familiar y la misma proporción recibe ayuda de la administración pública.
En cuanto a sus perspectivas de futuro, 7 de cada 10 personas grandes están angustiadas sobre cuál será su situación y la de sus familiares y consideran que esta crisis es peor que las que han vivido anteriormente. Las personas grandes perciben que, a consecuencia de la ruptura del progreso social y el deterioro el Estado del Bienestar, sus hijos y nietos vivirán peor que ellos.
Las personas encuestadas corresponden a todos los proyectos y servicios de la Cruz Roja dirigidos a las personas grandes (que el año pasado atendieron 45.031 usuarios) y 164 de ellas son usuarias de proyectos de lucha contra la pobreza como los kits de apoyo social o el Programa de Alimentos. Las mujeres viudas de entre 70 y 80 años representan el perfil mayoritario entre las personas encuestadas, el 60% de las cuales viven acompañadas y el 40% solas.
Una de las principales conclusiones del estudio es que se están invirtiendo el flujos de solidaridad intergeneracional propios del Estado del Bienestar, por los cuales las generaciones más jóvenes contribuyen al bienestar de la gente mayor financiando el sistema de pensiones. Según el Observatorio de Vulnerabilidad, ahora son cada vez más las personas grandes las que apoyan a las generaciones más jóvenes. Del total de personas encuestadas, un 20% prestan ayuda económica a sus hijos, un 10% los proporcionan ayuda alimentaria y un 6,5% han acogido algún familiar en casa. Por eso, el estudio de la Cruz Roja remarca que cualquier medida o política pública en lo referente a las personas grandes también puede tener repercusiones sobre el resto de la red familiar y social.
El apoyo que han tenido que prestar a sus hijos y familiares y, sobre todo, el encarecimiento de los precios, explican que haya disminuido la capacidad de ahorro de 7 de cada 10 personas grandes. Por eso, el 57% de las personas encuestadas dicen estar mucho o bastante afectadas por el contexto económico actual, a pesar de que, a diferencia otras franjas de edad, el 65,7% vive en una vivienda de propiedad y el 90% cuenta con una pensión que le proporciona una fuente de ingresos fijas. El tramo que va de los 550 a los 900 euros de ingresos mensuales concentra el mayor grupo de personas encuestadas y representa el 36% del total.
Las personas grandes con un perfil más vulnerable son las usuarias de los proyectos de lucha contra la pobreza (Grupo de Pobreza), entre las cuales el 90% recurre a la Cruz Roja para recibir ayuda alimentaria. Aún así, el impacto de la crisis económica se está extendiendo cada vez más entre los usuarios de todos los programas de gente mayor y atención a la dependencia de la Cruz Roja, un 11% de los cuales ha solicitado ayuda alimentaria o básica durante el 2011.
El impacto de la crisis económica tiene consecuencias sobre la alimentación, puesto que, a pesar de que un 78,2% del total de personas encuestadas sigue una alimentación variada, el 19% no puede comprar con regularidad ni pescado ni carne. Además, en el caso del Grupo de Pobreza, la mitad no puede comprar habitualmente fruta, verdura o lácteos.
Las medidas de ahorro adoptadas por las personas grandes también las han privado de productos o servicios fundamentales para su calidad de vida. Un 30% no puede ir al dentista o a revisarse la vista, porcentajes que se elevan por encima del 50% entre los beneficiarios de los proyectos de lucha contra la pobreza.
Otro fenómeno frecuente entre las personas encuestadas es la pobreza energética. Del conjunto de personas encuestadas, un 25% no pueden mantener su hogar a una temperatura adecuada (un 54,3% al Grupo Pobreza). En estas circunstancias, la mayoría de personas encuestadas, hasta el 80%, tampoco pueden permitirse ningún gasto en ocio y ocio.
Un 13% ha dejado de recibir alguna ayuda en los últimos años
A pesar de las dificultades que están atravesando las personas grandes, un 13% ha dejado de recibir alguna ayuda durante los últimos dos años (el 31% al Grupo Pobreza). No obstante, el 44% de la gente mayor sigue contando con la ayuda de sus hijos, o bien de los servicios sociales. Un 50% recibe apoyo económico, el 20% ha ido a vivir en casa de algún familiar y la misma proporción recibe ayuda de la administración pública.
En cuanto a sus perspectivas de futuro, 7 de cada 10 personas grandes están angustiadas sobre cuál será su situación y la de sus familiares y consideran que esta crisis es peor que las que han vivido anteriormente. Las personas grandes perciben que, a consecuencia de la ruptura del progreso social y el deterioro el Estado del Bienestar, sus hijos y nietos vivirán peor que ellos.
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