Estamos casi a un año del inicio la Pandemia y los centros geriátricos siguen siendo los más castigados, tanto residentes como profesionales. La tercera ola está acentuando el cansancio del personal que se refleja en las caras, la ansiedad, las visitas al médico para poder dormir. El miedo de contagiarse, de contagiar a sus familiares y contagiar a los residentes está presente cada día en las vidas de todos los profesionales en las residencias.
Se acumula también el cansancio de los residentes, que no han podido salir casi de las cuatro paredes del centro, que ven a sus familiares y no pueden tocarse ni abrazarse. El estrés emocional está causando en los residentes desorientación, depresión, problemas conductuales. La tensión del la situación ha hecho que el deterioro cognitivo y funcional se acentúe.
Se acumula también el cansancio de los familiares, que constantemente se ven sometidos a restricciones para poder visitar, ver a su familiar ingresado. Llamadas de la residencia explicando situaciones complicadas con la salud de su familiar sin poder estar ni acompañar.
No se si alguien se ha preguntado que todo este estrés acumulado cae sobre la espalda de auxiliares de geriatría, personal de limpieza, psicólogos, fisioterapeutas, educadores sociales, trabajadores sociales, directores, enfermeras y médicos que han de dar cariño, atención, acompañar a residentes y familiares y a demás seguir con sus vidas personales. Alguien habla de héroes, heroínas... yo hablo de personas.
Me gustaría poder lanzar un grito de apoyo, un abrazo de comprensión de empatía y cariño a todas estas PERSONAS héroes y heroínas que cada día trabajan para y por las personas a su cargo.
un aplauso y me extremo respeto,
Marta Tadeo
Directora Serveis Psicogeriatrics.
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