Interesante artículo que el Dr. JOSÉ LUIS BALLVÉ MORENO Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. ABS Florida Nord de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona)nos presenta en esta publicación:
"Quién utiliza las Medicinas no Convencionales y por qué?. Un artículo que invita a reflexionar hacia donde se dirige la medicina llamada convencional con las medicinas complementarias. Es hora de unir esfuerzos y sacar el mayor beneficio en pro de la salud de todos.
Este es el resumen del artículo:
Las medicinas complementarias están
experimentando un auge importante en los países
desarrollados que puede explicarse por las siguientes
razones: un mayor nivel de educación, que facilita el
acceso a más información sobre las diferentes terapias
disponibles; un peor estado de salud, sobre todo en el
caso de los enfermos crónicos, terminales y
somatizadores; una mayor coherencia con
determinadas filosofías de la vida o visiones de la
salud; y la percepción por parte de sus usuarios de que
estas medicinas son eficaces. El descontento con la
medicina convencional solamente explica las consultas
por parte de una minoría de pacientes. De hecho, la
mayor parte de ellos utiliza ambas medicinas de forma
simultánea, aunque no lo suelen comunicar a sus
médicos habituales. Desde la medicina convencional
debe realizarse un esfuerzo importante para facilitar
esta comunicación, con el fin de evitar efectos
secundarios e interacciones derivados del uso
simultáneo. Por último, el auge indudable de estas
medicinas ofrece una gran oportunidad para
reflexionar sobre las condiciones de trabajo en que se
desarrolla la medicina convencional
"Quién utiliza las Medicinas no Convencionales y por qué?. Un artículo que invita a reflexionar hacia donde se dirige la medicina llamada convencional con las medicinas complementarias. Es hora de unir esfuerzos y sacar el mayor beneficio en pro de la salud de todos.
Este es el resumen del artículo:
Las medicinas complementarias están
experimentando un auge importante en los países
desarrollados que puede explicarse por las siguientes
razones: un mayor nivel de educación, que facilita el
acceso a más información sobre las diferentes terapias
disponibles; un peor estado de salud, sobre todo en el
caso de los enfermos crónicos, terminales y
somatizadores; una mayor coherencia con
determinadas filosofías de la vida o visiones de la
salud; y la percepción por parte de sus usuarios de que
estas medicinas son eficaces. El descontento con la
medicina convencional solamente explica las consultas
por parte de una minoría de pacientes. De hecho, la
mayor parte de ellos utiliza ambas medicinas de forma
simultánea, aunque no lo suelen comunicar a sus
médicos habituales. Desde la medicina convencional
debe realizarse un esfuerzo importante para facilitar
esta comunicación, con el fin de evitar efectos
secundarios e interacciones derivados del uso
simultáneo. Por último, el auge indudable de estas
medicinas ofrece una gran oportunidad para
reflexionar sobre las condiciones de trabajo en que se
desarrolla la medicina convencional
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